Los integrantes del Círculo de Escritores de Venezuela
unen sus voces a la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica, a
los rectores de las universidades nacionales y a los directores de
las Academias del país, para denunciar la feroz represión
gubernamental de las protestas estudiantiles y la necesidad de la
reconciliación de todos los venezolanos como instrumento esencial
para superar los graves problemas que afligen a nuestra patria.
Como trabajadores de la palabra, señalamos la ruta
trazada por don (en
minúscula) Andrés Bello, quien insistió
en que
era el lenguaje el verdadero vínculo de los pueblos. Creemos que el
discurso de escarnio, afrenta y descalificación contra los que no
siguen la ideología del partido que ha ejercido el poder en los
últimos 15 años, es causa principal de la violencia, la cual
ha ensangrentado las calles y plazas de
nuestras ciudades, por cuyo motivo
manifestamos nuestro pesar y nos unimos al
duelo de muchas familias y comunidades. Asimismo, elevamos nuestras
voces para exigir justicia ante la iniquidad de algunos colectivos
civiles armados y ante la brutalidad de quienes debían, de acuerdo
con la Constitución, ser garantes de la integridad individual y de
la paz social.
En ese sentido, deseamos exhortar al Ejecutivo a
escuchar, en el reclamo de los estudiantes, la angustia de un pueblo
que hoy padece inseguridad, desabastecimiento de alimentos, medicinas
y bienes necesarios para tener calidad de vida. Solicitamos una
justa inversión en los recursos para hacer de la salud y de la
educación, en todos los niveles, el motor que impulse el desarrollo
del país y el cese de la corrupción, el facilismo y la miseria
moral en valores tales como el respeto, la tolerancia, el trabajo y
la paz.
La verdadera democracia se fundamenta en el respeto a la
libertad de expresión, a los derechos humanos y a la independencia
de las tres ramas del poder público. El vil asesinato de personas
ante decenas de testigos, el encarcelamiento injustificado de
estudiantes, el testimonio de torturas y vejaciones, la represión
contra edificios y vehículos mediante gases lacrimógenos que ponen
en riesgo la salud de mujeres embarazadas, niños y adultos mayores
constituyen crímenes de lesa humanidad que jamás prescriben.
Por otra parte, urge la rectificación de las políticas
económicas que han debilitado el aparato productivo de Venezuela.
Es necesaria la revisión de tratados internacionales que han
entregado parte de la soberanía y de nuestros sagrados intereses
como nación, a países como Cuba. Es indispensable, en cumplimiento
de la Constitución, la designación de rectores independientes en
el CNE, de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y de
los titulares de los órganos del Poder Ciudadano cuyos períodos ya
están vencidos.
Recomendamos a la sociedad civil mantener sus justos
reclamos en el espacio de la unión, del respeto y de la no
violencia. La resistencia pacífica y la fuerza de las redes
sociales con las nuevas tecnologías llevarán esos justos reclamos
a todos los confines de la tierra. Hacemos votos para que la verdad,
la justicia y el amor por Venezuela prevalezcan por encima de los
fanatismos, de la ignorancia, de los oscuros intereses y del silencio
cómplice de quienes en el pasado encontraron una casa de puertas
abiertas en esta tierra de gracia
Por el Círculo de Escritores,
la Junta Directiva y otras firmas en depósito
Caracas, 12 de marzo de 2014
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